Pintura y entierros humanos
Entre los Tehuelches, las manifestaciones mágico-religiosas se presumen que dieron origen al pintado de aleros y paredes rocosas, con interpretaciones de la realidad que son imposibles de descifrar en la actualidad. Sólo vemos figuras donde ellos sintieron magia.
En la cima del Cerro Guido, dentro de la Sierra Contreras, al noreste de la Villa Cerro Castillo, se encuentra un cementerio indígena emplazado por sobre los 1270 metros de altitud.
El Chenque, como se le conoce, se encuentra formado por una pila de láminas de piedras, posicionados en forma de U, con un diámetro de 11 metros en dirección WE y 15 metros con sentido NS, cercado por una barranca. A pesar de ser saqueado en tiempos pasados, se lograron recuperar 7 individuos: 3 adultos, 1 juvenil y 3 infantes. En todos los casos, los esqueletos están incompletos y presentaban abundante colorante, lo cual demuestra una preparación post-mortem. Las dataciones radiocarbónicas sobre la coloración y disposición de las osamentas indican la persistencia de uso del mismo sitio durante varios siglos.
La presencia de otros Chenques y enterratorios en los alrededores abre una serie de preguntas de si se trató de “estaciones” a la cima o de prácticas distintas y distantes en el tiempo sin relación entre sí. ¿Qué llevó a este pueblo efectuar entierros en zonas tan remotas? Preguntas que aun no obtienen una respuesta satisfactoria.
Cave paintings and human burial sites
Among the Tehuelches, magical-religious manifestations are presumed to have given rise to the painting of eaves and rock walls, with interpretations of reality that are impossible to decipher today. We only see figures where they felt magic.
At the top of Cerro Guido, within the Sierra Contreras, northeast of Villa Cerro Castillo, there is an indigenous cemetery located at an altitude of 1270 meters above sea level.
The Chenque, as it is known, is formed by a pile of stone sheets, positioned in a U shape, with a diameter of 11 meters in the WE direction and 15 meters in the NS direction, surrounded by a ravine. Despite being looted in the past, 7 individuals were recovered: 3 adults, 1 juvenile and 3 infants. In all cases, the skeletons are incomplete and presented abundant dye, which demonstrates a post-mortem preparation. The radiocarbon dating on the coloration and disposition of the skeletons indicate the persistence of use of the same site for several centuries.
The presence of other Chenques and burial sites in the surroundings opens a series of questions as to whether these were «stations» to the summit or distinct and distant practices in time unrelated to each other. What led these people to perform burials in such remote areas? Questions that still do not have a satisfactory answer.